NO TODO CREYENTE ES CRISTIANO
Me gustaría hacer una breve exposición de un estudio más
amplio que hice hace tiempo, de lo que yo (reitero: yo) hallo en la
Escritura, sobre un tema que me parece de total importancia, el cual
he titulado, “NO TODO CREYENTE ES CRISTIANO”.
Porque el hecho de confundir estos dos adjetivos, 'cristiano' y 'creyente', a dado lugar a inventar falsas doctrinas como lo es la
enseñanza satánica, según la cual (y en base a versículos mal
entendidos), existe el “cristiano carnal” supuestamente Salvo!. Y
por otra parte, ha dado lugar a otra falsa doctrina, según la cual,
un cristiano verdadero, que ha nacido de nuevo, puede supuestamente,
perder su Salvación. Estas dos falsas doctrinas, sobre todo la del
“cristiano carnal”, supuestamente Salvo, junto con la infundada
vigencia del don de lenguas, la del Rapto secreto antes de la Gran
Tribulación (pues el Arrebatamiento no será antes de la persecución
del Anticristo), y otras cuantas más, han saturado las
congregaciones hoy, de tal manera que el evangelio que se predica y
se vive hoy no es más que la sombra del Verdadero y Eterno Evangelio
de Jesucristo.
Por
el hermano David Jiménez Borja
NO
TODO CREYENTE ES CRISTIANO
Los
dos cimientos
(Lucas
6: 46-49)
¿Por
qué me llamáis “Señor, Señor”
Es
evidente que Jesús está enseñando que existen dos clases de
personas que saben quién es Él, a quien llaman “Señor, Señor”.
Este “Señor, Señor”, enfatiza que existe en ellos plena
consciencia de que Él es el Señor, y de que lo reconocen como tal,
con todo lo que ello implica, lo cual, también es evidente por lo
que significa aquí el término “Señor” (κύριος kúrios de
κῦρος kúros (…) :Señor, soberano, ungido, Cristo, Dios,
dueño). Además, lo contundente en esto, es que los obedientes le
llaman “Señor, Señor”, y los desobedientes no le llaman “
Fariseo o Escriba ”, sino exactamente lo mismo: “Señor, Señor”,
“Cristo, Cristo”, “Dios, Dios”.
Conclusión
inevitable e incontrovertible: Tanto los que le oyen y le obedecen
como los que le oyen y no le obedecen, son igualmente: ¡creyentes!
La
única diferencia (pues, en verdad, no eran, unos Creyentes y otros
Pitufos), pero decisiva y trascendental, es la que el Maestro hace
cuando dice “...no
hacéis lo que yo digo”,
es decir, lo que Yo aconsejo, lo que Yo enseño, lo que Yo mando. Y
tanto es así, que vio la necesidad (para que nadie se engañe), de
aclarar que al final habría unas consecuencias inevitables y
terribles para los desobedientes, por la diferencia fundamental
(aunque no en la forma exteriormente), que existía también entre
las dos clases de personas que creían en Él.
Pero,
como no puede ser de otro modo, esto se sigue reforzando en toda la
enseñanza:
“Todo
aquel que viene a mí”
En
primer lugar, nótese que no dice: “Todo aquel que va a Bergoglio,
o a buda, o a mahoma tampoco
dice:
“Todo
aquel que va a un bar, o a un antro, o a un karaoke”, sino,
que dice: “Todo aquel que viene A MÍ..”, es decir, “Todo aquel
que...” ¡¡viene a Jesús!!; sí, a tu Jesús y a mi Jesús: ¿al
Jesús que se predica en las iglesias, o no? Por tanto, también se
aplica a los que van al encuentro de Jesús en todo lugar, y también
en las congregaciones, a aceptar a Cristo haciendo la Oración y/o al
culto evangélico.
Conclusión
irrebatible: También en las iglesias hay “creyentes inconversos”
desobedientes, “creyentes carnales”, que en realidad, aún son
gobernados por su naturaleza pecaminosa, aunque han hecho algunas
reformas positivas en su vida
Porque
lo más básico e importante de una persona es “su ser”, “su
vida”, “su alma” (representada aquí por la casa), y el que
puede obedecer a Jesús, lo cual implica mucho esfuerzo y sacrificio,
es el que tiene una clase de Fe con la que en la Gracia sale adelante
en toda adversidad, cuando, en obediencia a Jesús, “...presenta su
cuerpo en sacrificio vivo...”. Esto no es la causa, pero sí la
evidencia de que “su alma” está en la “Roca”, de que es
Salvada. Éste es cristiano; “...que retiene la Palabra tal como
está en la Escritura (es decir, sin falsas doctrinas ni
“jerigonzas”), y es Salvo porque no ha creído en vano”, como
sí “creen en vano”, “...los que oyen su Palabra y no la
obedecen”. Que escuchan en las iglesias, la predicación para
arrepentimiento y conversión y alzan su mano, y hacen la oración de
rendición y entrega al Señor; y escuchan los mensajes y la
enseñanza y doctrina del Señor y participan en el culto y dicen
“Gloria a Dios”, “amén y aleluya” y tienen cargos en la
iglesia local, o son predicadores o pastores, o ministros; pero no
obedeces Su Palabra, y no se ve en ellos una santificación
progresiva. Pues, son creyentes “oidores pero no hacedores de la
Palabra” y, por tanto, su conducta infiel es evidencia notoria
(sobre todo para sí mismos) de que, lejos de ser Salvos, su alma se
dirige a la Gran Ruina. Éstos son los que “creen en vano”.
La
seguridad personal de la Salvación está en la obediencia a la
Escritura y la santificación progresiva.
Recibid
un cordial abrazo.